Saludos, comandantes!
Hoy tengo el placer y el gustazo de presentaros un juegos de
esos que cuando lo pruebas te quedas con ganas de mucho, mucho, mucho más. Os
hablo de Combat Commander, un wargame de Segunda Guerra Mundial a nivel táctico
con una mecánica tan divertida como ágil y sencilla (al menos para lo que
muchos de estos juegos suelen tener).
Devir nos trae este magnífico juego en castellano con un
trabajo bastante bueno tanto en los componentes como en la traducción (hago
hincapié en esto ya que estamos acostumbrados a encontrarnos con cagadillas en algunos
juegos editados en nuestra patria por esta editorial). El juego tiene un precio
muy asequible, sobre todo teniendo en cuenta que trae una buena cantidad de
escenarios y además hay un porrón de expansiones para los que quieran seguir
dándole al juego (aunque de momento éstas están solo disponibles en inglés).
¿De qué va Combat Commander?
En Combat Commander asumimos el mando de un grupo de combate
de infantería con sus apoyos y sus oficiales y nos enfrentamos a unos
escenarios con objetivos y terreno específicos. El juego emplea para cada
escenario un mapa con matriz hexagonal. El arte de los mapas es el justo, ni
una obra de arte ni un simple mapa esquemático: muestra lo que hay que mostrar
y punto.
El nivel de juego de Combat Commander es un nivel táctico de
infantería, es decir, que las acciones de combate la llevarán a cabo escuadras
de soldados apoyados por el fuego de armas como morteros, ametralladoras y
cañones ligeros. Al frente de dichas unidades estarán los oficiales, lo cuales,
además de aportar su liderazgo a la hora de impartir órdenes nos ayudarán a en
los chequeos de fuego y en otras situaciones otorgando bonus a las tiradas de
dados. Dicho esto aclararé que el juego NO usa dados. ¿Curioso, no? Pues sí,
las tiradas de dados se resuelven robando cartas de órdenes y consultando la
tirada que cada carta tiene impresa en la esquina inferior derecha. Además,
estas tiradas pueden ir acompañadas de un evento, el cual se desencadena en el
mismo instante en que se realiza la “tirada de dados”.
¿Cómo funciona?
El motor del juego es un mazo de cartas de órdenes, cartas
que iremos gastando y robando cada turno para activar nuestras unidades dando
órdenes de fuego, movimiento, avance, fuego de artillería, acciones especiales,
etc.
En Combat Commander no hay límite de turnos en las partidas,
sino que dicho paso del tiempo lo marca el propio mazo de órdenes y los eventos
que disparan un avance en el escenario. También existe la posibilidad de que el
escenario termine debido a que uno de los bandos haya recibido una cantidad
elevada de bajas. Cada bando comienza el juego con un marcador de rendición en
un track. A medida que va sufriendo bajas las fichas de las unidades eliminadas
se van colocando en este track. Cuando una unidad llega al marcador de
rendición su bando se derrumba y el escenario termina.
Los escenarios incluidos en el juego se centran en el teatro
de operaciones europeo, es decir, tendremos combates que involucrarán a unidades
alemanas, rusas y aliadas. Cada bando tiene su propio mazo de cartas de
órdenes, lo cual hace que manejar una u otra facción sea diferente.
Conclusión
Combat Commander es un juego que sin lugar a dudas hará las
delicias de cualquier wargamero de Segunda Guerra Mundial y me parece un juego
ideal para iniciar a aquellos que quieran meterse en esta temática de juegos.
Resulta sencillo de aprender y de jugar aunque creo que habrá que jugar
bastante para llegar a dominar ese mazo de órdenes que puede alegrarnos la mañana
o arruinárnosla por completo.
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