Saludos, comandantes!
Ayer retomamos un juego al que hacía tiempo que no jugábamos y que en su día me gustó bastante. Se trata de Runewars, un juego de estrategia, gestión de recursos y conquista puro y duro. Muchos lo comparan con Twilight Imperium, aunque la temática de uno y otro nada tiene que ver.
Runewars es un juego para 2 a 4 jugadores ambientado en los Reinos de Terrinoth, es decir, el mundo donde se desarrollan las aventuras del juego de mazmorreo Descent, Viaje a las Tinieblas. Cada jugador asume el mando de una de las cuatro facciones disponibles: los demoníacos y brutales Uthuk, las huestes no muertas de Waiqar, la corte de los elfos Latari y los humanos de las tierras fluviales de los Señores de Daqan. Cada facción tiene sus propias unidades distintivas y sus peculiaridades en cuanto a recursos, influencia, etc.
La victoria en una partida de Runewars se alcanza poseyendo un cierto número de Runas de Dragón, unos poderosos artefactos que se encuentran repartidos por las tierras de Terrinoth y que los ejércitos de cada jugador deben buscar. Para ello emplearán todo cuanto esté en su mano, desde el poderío militar hasta las intrigas más ladinas.
Una de las cosas que hace de Runewars un juego muy interesante y divertido es el punto de diferenciación de sus ejércitos y los dos niveles en los que se mueve el juego. En el primer punto vemos que las cuatro facciones poseen unidades con diferentes poderes que nos dan una serie de pistas acerca de su estilo de combate y su forma de conquistar a sus enemigos. Así, por ejemplo, tenemos a los Uthuk, unos demonios de aspecto bestial que arremeten contra sus enemigos con ferocidad sin importarles el sacrificio de sus soldados con tal de abrir brechas irreparables en las filas de sus rivales. Por otro lado, los nigromantes de las hueste de muertos vivientes de Waiqar son capaces de alzar los cadáveres de sus enemigos para ponerlos a su servicio, con lo que pueden llegar a extenderse por el mundo con una facilidad pasmosa. Los Señores de Daqan son una facción más al uso, con una infantería y una caballería excelente y unos apoyos pesados que barren el campo de batalla con gran eficacia. Por último, los elfos Latari son rápidos y poderosos en el combate. Sus guerreros montados en criaturas voladoras pueden causar estragos, así como su infantería y sus poderosas hechiceras.
En el segundo punto del que hablaba antes tenemos los dos niveles de juego. En Runewars las batallas y los despliegues estratégicos por el mapa soportan gran parte del peso del juego. Sin embargo, hay otro nivel en el que los jugadores deberán moverse: las aventuras. Cada jugador, además de la facción que juegue, controlará uno o más aventureros del universo de Terrinoth que le ayudarán a completar su búsqueda de las Runas de Dragón por el ancho mundo. Los aventureros se mueven por las regiones de Terrinoth completando aventuras, apoyando a los ejércitos con sus habilidades y desafiando a otros aventureros para evitar que éstos se hagan con las preciadas runas. Son un medio imprescindible para conseguir ganar en Runewars.
El sistema de juego no es demasiado complicado en cuanto a mecánica aunque es un juego al que merece mucho la pena jugar varias veces seguidas para cogerle el punto y empezar a hacer las cosas con pleno sentido. Cada turno representa una estación del año con un evento que marcará de forma notable las decisiones de los jugadores. En cada turno cada jugador deberá jugar una carta de acción de las ocho disponibles, la cual indicará las acciones que podrá realizar con sus ejércitos y sus aventureros. Esto es bastante auto-explicativo mediante las cartas de acción. Entre las cartas de acción tenemos una que nos permite mover de forma estratégica nuestros ejércitos avanzando por el tablero, otra que nos permite lanzarnos al combate, fortificar una región que controlemos, cosechar recursos, reclutar tropas, etc.
Otro detalle a tener en cuenta es el montaje del tablero mediante el uso de unas baldosas hexagonales con las que iremos completando el mapa de una región del mundo de Terrinoth. Esto tiene mucha miga, ya que desde el primer momento estaremos tomando decisiones puramente estratégicas que influirán en acciones futuras como, por ejemplo, la elección de la zona de despliegue o la ubicación de las primeras Runas de Dragón.
En definitiva, Runewars es un juego muy completo, con un universo de fantasía muy rico de trasfondo, con una mecánica de juego muy entretenida y muy estratégica. Me parece un juego realmente aconsejable para todo aquel que disfrute con los juegos de conquista con un grado de gestión de recursos. Y desde luego, para los seguidores de Descent este es un juego de estrategia que debe tener su sitio en su estantería.
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