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Eclipse: El Segundo Amanecer de la Galaxia



Saludos, jugonas y jugones!

Volvemos a ponernos el traje espacial para salir al vacío del espacio sideral. Esta vez tomaremos el control de una civilización humana o alienígena y nos lanzaremos a la conquista de sistemas y el control de recursos que nos permitan consolidad nuestra hegemonía en una galaxia convulsa. De modo que despleguemos la flota y emprendamos nuestra misión.

Una segunda edición de auténtico lujo

Eclipse: El Segundo Amanecer de la Galaxia es la segunda edición del aclamado 4X que ya en su día le hizo la competencia a otra bestia de la conquista galáctica como es Twilight Imperium. Y es que si éste último vio no hace demasiado una nueva edición (la cuarta, para ser exactos) Eclipse no iba a quedarse atrás. Las comparaciones son odiosas, sobre todo en ocasiones como esta, donde nos encontramos con dos juegazos que, si bien tienen muchas cosas en común en su concepto, no podrían ser más diferentes a la hora de jugarlos. Pero no vamos a centrar nuestro artículo en las comparativas, de modo que dejaremos a un lado el debate para otra ocasión y nos centraremos en lo que es esta segunda edición de Eclipse.

Para empezar, el juego viene en una caja enorme a la cual no le sobra espacio prácticamente por ningún lado. Una de las cosas que más me gusta desde el punto de vista del diseño es que todo queda perfectamente ordenado en unas bandejas de plástico, de manera que esto facilita enormemente la preparación y disposición de los componentes para una partida, así como la tarea de guardarla al finalizar la misma. Actualmente la gente se vuelve muy loca con esto de diseñar cunas para cajas de juegos y organizar compartimentos para los componentes, y aquí el trabajo ya viene totalmente hecho. 

En cuanto a la calidad de los componentes, bueno, es maravillosa. Desde las miniaturas hasta los marcadores y las losetas hexagonales de mapa, todo ello tiene un acabado y calidad magníficos. La información que se indica en ellos está clara y es muy visible.

Las miniaturas son otro punto positivo de esta edición. Hay seis conjuntos diferentes de naves, uno para cada facción. En cada grupo tenemos varios tipos de naves: cazas, acorazados, cruceros y bases estelares. Además, tenemos modelos de naves para las facciones controladas por el juego, como los Guardianes, los Antiguos y el Centro Galáctico, así como estructuras que podremos construir como son los monolitos y los anillos orbitales. A todo esto hay que sumarle otros elementos en forma de discos y cubos de plástico que usaremos durante la partida para indicar el control de los sistemas y nuestros recursos y el daño de las naves. Por último, tenemos unos dados de seis caras personalizados de diferentes colores que usaremos para llevar a cabo los combates. 


Así funcionan las cosas en la galaxia

En Eclipse la partida consta de 8 rondas, siendo el vencedor aquel jugador que tenga más puntos de victoria al final de la última ronda. En cada ronda los jugadores se irán turnando para llevar a cabo acciones. Así, cuando le toque el turno a un jugador éste decidirá qué acción desea realizar de entre todas las disponibles (que no son pocas), tales como mover la flota, mejorar naves, investigar tecnologías, explorar nuevos sistemas espaciales, construir naves, bases estelares y estructuras, etc. Cada vez que realicemos una acción deberemos colocar un disco de control de nuestro tablero de facción en la casilla correspondiente a dicha acción. A medida que realizamos acciones el coste de mantenimiento de nuestra civilización aumenta, de modo que tendremos que gestionar con cuidado nuestros recursos (en este caso concretamente, el dinero), ya que al final de la ronda tendremos que pagar el coste y, si no hemos sido previsores podemos liarla parda.

En el juego hay tres tipos de recursos que tendrán diferentes usos. Por un lado tenemos el Dinero, que se emplea, básicamente, para mantener nuestra civilización. Luego tenemos los Materiales, que se supone que son materias primas y materiales manufacturados con los que construiremos naves y estructuras para nuestra flota. Por último, tenemos la Ciencia, que representa los esfuerzos y recursos dedicados a I+D. La Ciencia la usamos principalmente para adquirir nuevas tecnologías. Cabe destacar que en cualquier momento podremos comercias con nuestros recursos cambiando una cierta cantidad de un tipo a cambio de un recurso de otro tipo (generalmente a un ratio de 3:1).

En cuanto a la forma de adquirir los puntos de victoria tan necesarios para ganar la partida, existen varios métodos. En primer lugar, cada vez que exploremos un nuevo sector espacial generalmente colocaremos una ficha de descubrimiento sobre ella. Estas fichas muestran en una de sus caras, la que pondremos a la vista, un símbolo con 2 PV, mientras que su otra cara contendrá algún tipo de recompensa que podremos cobrar en lugar de mantener esos 2 PV. Cuando descubramos un nuevo sector que no esté controlado por otro jugador o alguna nave controlada por el juego, tomaremos el marcador y descubriremos su cara oculta. En ese momento debemos decidir si mantenemos los 2 PV o, si por el contrario, nos quedamos con la recompensa. Optar por la recompensa puede ser muy útil, pero no hay que despistarse con los PV. 

Otra forma de ganar PV es mediante las batallas espaciales. Cuando participemos en una robaremos hasta 5 fichas de PV de una bolsa, donde hay mezcladas fichas de diferentes valores. La cantidad de fichas que robaremos variará en función del resultado de la batalla. Así, por ejemplo, robaremos 1 ficha por el mero hecho de participar y fichas adicionales por derribar naves enemigas. Tras robar todas las fichas decidiremos con cuál de ellas nos quedamos y la colocaremos en nuestro tablero de facción boca abajo de forma que solo nosotros sabremos en todo momento cuántos PV tenemos. 

Sin duda uno de los puntos fuertes de Eclipse es la parte de mejora de las naves y la parte de investigación de nuevas tecnologías. Por un lado, las mejoras están disponibles en su totalidad, aunque para adquirir gran parte de ellas antes deberemos disponer de la tecnología adecuada. Las tecnologías no siempre están a nuestro alcance, ya que al principio de la partida se sacar al azar una cantidad concreta en función del número de jugadores, y cada ronda irán apareciendo más. De esta forma, no siempre estarán disponibles todas las tecnologías y, además, éstas estarán limitadas, de modo que habrá que ser rápido en coger las que te interesen o tal vez te quedes sin ellas.

Las mejoras de las naves funcionan mediante espacios, es decir, cada componente de una nave ocupa un espacio dentro del diseño de la naves, y en cada espacio puede haber una pieza o mejora. Cada nave produce una cierta cantidad de energía y, al mismo tiempo, cada componente consume una cierta cantidad de energía, de manera que nunca podremos consumir más de lo que producimos. Es decir, estaremos limitados en ese sentido a la hora de equipar nuestros modelos de naves. Hay que señalar que los diseños no son permanentes sino que los podremos ir cambiando según nuestras necesidades. 

En cuanto a las tecnologías, al principio de la partida pueden parecernos muy caras, ya que empezamos con unos recursos de Ciencia escasos y de entrada las tecnologías son caras. Pero a medida que vayamos adquiriendo nuevas tecnologías el coste de las siguientes irá disminuyendo hasta un coste mínimo indicado en la ficha de tecnología en cuestión. 

Y llegamos a la parte de los combates. Este es otro de los puntos fuertes de Eclipse. Aquí tenemos combates de varios tipos, ya que podemos enfrentarnos con uno o varios jugadores, así como contra naves controladas por el propio juego (los Guardianes, los Antiguos y el Centro Galáctico). Los combates funcionan con un sistema de iniciativa de las naves, siendo las primeras en atacar aquellas naves más rápidas y yendo en orden decreciente. La acción comenzará con una salva inicial de misiles (en caso de llevarlos equipados) para a continuación empezar a resolver rondas de combate con nuestros cañones. Dependiendo de las armas de nuestras naves lanzaremos dados de un tipo o de otro, añadiendo bonus de nuestras mejoras. Los dados contienen resultados con símbolos de impacto, caras en blanco (fallos) y números. Los impactos los aplicaremos a las naves enemigas (pudiendo asignarle a una misma nave varios dados de impacto). Los resultados numéricos son impactos potenciales. Cuando le asignemos un dado con un número a una nave le sumaremos los modificadores que nos proporcionen nuestras mejoras de nave y le restaremos las mejoras de la nave objetivo y si el resultado es igual o superior a 6 entonces habremos causado un impacto. En cualquier otro caso se considera un fallo. 

Las naves tienen un valor de casco, que puede ser 0. Si los impactos causados superan el valor de caso de una de nuestras naves, dicha nave será destruida y volverá a nuestra bandeja de facción. 

Las rondas de combate se irán sucediendo hasta que alguno de los jugadores se retire o haya sido aniquilado. Entonces llega la fase post-batalla, donde se recaudarán recompensas en forma de puntos de victoria robando hasta 5 de estos marcadores y conservando 1 de ellos, como comentaba más arriba.

Tras el combate, si hay cubos de población en el sistema, realizaremos un bombardeo, que funciona del mismo modo que combate naval con la diferencia de que los cubos no se defienden y con un solo impacto don destruidos. Si nuestras naves llevaran equipadas bombas de neutrones podremos destruir automáticamente los cubos. A continuación podremos tomar el control del sistema colocando uno de nuestros discos de influencia sobre él. 

Una vez resuelto el combate ya solo nos queda rellenar la bandeja de tecnologías con nuevas fichas y recuperar nuestras naves colonia y nuestros discos de influencia usados en las acciones previas. A continuación dará comienzo una nueva ronda.


Conclusión y opinión personal

A mí Eclipse me parece un juegazo como la copa de un pino. Habrá quien sufra de lo lindo con el azar que supone la exploración de sectores, la aleatoriedad de los dados o la adquisición más o menos afortunada de las fichas de puntos de renombre tras los combates. A mí me encanta, la verdad, me resulta tan divertido y tan difícil de controlar con esa exactitud matemática de que hacen gala muchos juegos y muchos jugadores que hace que este juego esté para mí en un punto perfecto a medio camino entre la genialidad de la estrategia y la gestión de recursos y el maldito caos y la suerte propios de cualquier enfrentamiento bélico. 

La parte de gestión de los recursos me resulta también muy interesante, sobre todo porque en  prácticamente toda la partida estás con la sensación de que vas más justo que una braga y tienes que apostar por una cosa u otra. El Dinero hay que gestionarlo con sumo cuidado o de lo contrario los efectos de la bancarrota harán que tu facción se resienta a base de bien. 

Creo que el juego ofrece muchas opciones de conseguir la victoria, no sólo pegando tiros y derribando naves, sino jugando con la exploración o incluso estableciendo relaciones con el rival adecuado. Pese a todo, si queremos asegurarnos la gloria tarde o temprano deberemos soltar nuestras naves y poner a prueba su equipamiento porque, a fin de cuentas, la mejora de las naves es uno de los puntos fuertes de Eclipse. 

Y antes de terminar quiero mencionar la variedad y la asimetría que le aporta al juego el tema de las diferentes especies alienígenas y sus reglas y estilos de juego. Claramente, esto forma parte de cualquier juego de civilizaciones, es decir, si todas las opciones fueran iguales el juego perdería parte de su gracia. 

En conclusión, Eclipse: el Segundo Amanecer de la Galaxia me parece un grandísimo juego 4X fácil de jugar y difícil de dominar, como diría un buen amigo mío. De una durabilidad muy adecuada (unas dos horas o dos horas y media en una partida a 4 jugadores), con muchas opciones de rejugabilidad dado su sistema de exploración de losetas. 




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