¡Saludos, jugonas y jugones!
Bienvenidos a Ulfenkarn, la Ciudad Maldita, tu ciudad de vacaciones. Un destino paradisiaco para no muertos, vampiros y demás hijos de la noche. Si eres un triste ser vivo pronto te darás cuenta de que no eres más que una cantimplora llena de la preciada vitae que corre por tus venas. Pero si eres un avezado aventurero que busca sobrevivir en esta ciudad decadente y derrocar a su perverso señor y sus adláteres, el futuro te depara grandes retos, enemigos letales y una gloria incalculable.
Un nuevo Warhammer Quest
Lo que tenemos entre manos es la mas reciente adaptación del clásico Warhammer Quest de Games Workshop para el universo de Age of Sigmar. Anteriormente le precedieron Silver Tower y Shadows over Hammerhal, ambos muy parecidos y al mismo tiempo diferentes. Si bien el primero era un juego completamente cooperativo donde los jugadores encarnaban a héroes de diferentes razas y facciones para enfrentarse a unos escenarios con enemigos controlados por el propio juego, en el segundo volvíamos al planteamiento más clásico en el que uno de los jugadores asumía el rol de los villanos mientras que el resto interpretaba a los héroes que tratan de frustrar sus planes.
Bien, pues en este nuevo Warhammer Quest, en Ciudad Maldita, se vuelve a estilo cooperativo, recuperando algunas de las esencias originales, como la generación aleatoria de baldosas de mapa a medida que exploramos (bueno, este sistema se emplea solamente para un tipo de incursión, como ya comentaremos más adelante).
Una caja repleta de cosas maravillosas
La caja de Ciudad Maldita es algo más grande que la de los anteriores Warhammer Quest. En su interior nos topamos con una colección de miniaturas con un diseño magnífico y el detalle al que nos tiene acostumbrados Games Workshop. Lo mejor de todo es que, pese a que las minis requieren montaje, el mismo es sencillo y no es imperativo el uso de pegamento. Esto, a quienes están bregados con tanta miniatura, les dará un poco igual, pero aquellos que son más de juegos de mesa que de wargames de miniaturas probablemente lo agradecerán. Con todo y con eso habrá que echarle una tarde al montaje de las minis. Eso sí, el resultado es una delicia para la vista.
En cuanto al resto de componentes, Ciudad Maldita incluye un buen montón de losetas de cartón grueso con un diseño bastante chulo, todas ellas reversibles, con un diseño de una callejuela o una sórdida y lóbrega estancia en una de sus caras y una estancia interior en la otra. También tenemos varios tipos de marcadores, cartas (bastantes más que en la ediciones anteriores), un tablero central donde colocaremos los dados de destino y donde iremos indicando el paso del tiempo en el ciclo días/noche que se aplica en el juego, y los dados, los clásicos dados de 6 caras a los que esta vez se añaden un conjunto de dados de 6, 8 y 12 caras personalizados, con los que resolveremos, entre otras cosas, los ataques.
El sistema de siempre pero con algunas variantes
Los que hayan jugado a Silver Tower o Shadows over Hammerhal estarán lo suficientemente preparados para entrar en Ciudad Maldita sin demasiado esfuerzo. No obstante, cabe señalar que se han incorporado algunas mecánicas nuevas, como era de esperar. Para empezar, tenemos un sistema de iniciativa que nos indicará en qué orden actuarán tanto los personajes como los grupos de enemigos. Esto, además, incide en una acción nueva llamada Maniobra que se puede realizar al inicio de la ronda, antes de que comiencen los turnos de acción, mediante la cual un jugador gastaría uno de sus dados de acción a cambio de intercambiar su posición en el orden de iniciativa. Este pequeño cambio resulta tácticamente interesante.
Por lo demás, la mecánica general es más o menos la misma. Al inicio de la ronda se lanzan los dados de destino, se descartan aquellos valores que hayan salido repetidos y el resto se colocan en el tablero central, quedando a disposición de los jugadores para esa ronda. A continuación cada uno de los jugadores lanza 4 dados de 6 caras y los coloca sobre su hoja de personaje, siendo estos los dados que les permitirán realizar unas acciones u otras, dependiendo del valor requerido. Y una vez hecho esto comienza la acción, activando a los personajes y los enemigos por orden de iniciativa.
Ciudad Maldita incorpora, como decíamos antes, un nuevo sistema de dados de acción para llevar a cabo ataques y chequeos de habilidad. Estos dados tienen en sus caras tres tipos de resultados: caras vacias, caras con un símbolo de éxito y caras con dos símbolos de éxito (éxito crítico). La mecánica es muy sencilla: lanzamos los dados y nos quedamos con el mejor de los resultados. En función de cómo sea éste (éxito o éxito crítico) el resultado será diferente.
Otras de las acciones que hay que tener en cuenta son las reacciones. Y es que podría resultar interesante reservarse algún dado sin gastar en nuestro turno para poder reaccionar durante el turno de los enemigos. Esto sería una especie de "fuego de oportunidad", como dirían algunos.
Aparte de todo lo dicho hay cosillas como, por ejemplo, la inspiración, que es un estado que los personajes alcanzan cuando realizan acciones especialmente heroicas o especiales. Esto les lleva a obtener el estado Inspirado, el cual se refleja dando la vuelta a la tarjeta de personaje, mostrando su lado "inspirado", con atributos mejorados. Del mismo modo, los enemigos también pueden cambiar su estado a un modo "empoderado", lo cual los hará aún más peligrosos. Esto sucede, generalmente, cuando cae la noche.
Modo casual y modo campaña
Ciudad Maldita es un juego diseñado para jugar en modo campaña, claramente, y ahí es donde radica toda la gracia y encanto. A lo largo de la historia que nos propone el juego los héroes se reunirán, pese a las diferencias que pueda haber entre ellos, para derrotar al malvado caudillo de la ciudad, Radukar The Wolf, un tipo muy chungo venido a más tras convertirse en vampiro.
Los personajes van realizando incursiones en diferentes distritos de la ciudad de Ulfenkarn usando un aerobajel kharadron (los enanos de Age of Sigmar, vamos) que hará las veces de base de operaciones. Los jugadores decidirán qué tipo de incursión desean llevar a cabo, y en función de la que elijan se tirará en una tabla que nos dirá qué misión jugar. La lista de escenarios es lo suficientemente variada y, además, hay un tipo de incursión que mencionábamos al principio, las incursiones de Exploración, cuyo mapa se genera aleatoriamente a medida que los personajes avanzan en la misión. El resto de escenarios están prediseñados, aunque incorporan eventos y momentos narrativos (como en Silver Tower) que nos sumergirán en la trama de la historia.
Tras cada misión tendremos la oportunidad de mejorar nuestro equipo gracias a la ayuda de la habilidosa tripulación del aerobajel, evolucionando así nuestros personajes. Además, podrán suceder eventos tras cada misión, generalmente condicionado por cómo concluya la misma. Tras esto, pasaremos a decidir cuál será la siguiente misión.
Hay un tipo de misión que podremos llevar a cabo en un momento dado, las misiones de Decapitación, que son un momento clave en la campaña. Y es que no se trata de otra cosa más que una misión para dar caza a uno de los lugartenientes del malvado señor de la Ciudad Maldita. Estos escenarios nos llevan a un enfrentamiento algo más complicado que de costumbre y hará que nuestros planes avancen hacia el final de la campaña.
Ciudad Maldita incorpora un pequeño regustillo legacy (por llamarlo de alguna manera) con esos momento narrativos que se van activando a lo largo de las misiones que a mí, particularmente, me encantan. Además, en el juego viene un sobre precintado con una indicación de abrir sólo cuando se cumpla cierto requisito. Estas cosas siempre nos molan a los que disfrutamos con juegos temáticos.
Pero si preferimos jugar un escenario suelto, sin mayores implicaciones, no hay problema, ya que podremos escoger cualquiera de ellos y disfrutarlo igualmente, o al menos eso me parece a mí. Eso sí, lo mismo si la acción nos lleva a resolver algún momento narrativo nos encontramos con algún spoiler que nos pueda chafar alguna sorpresa durante el modo de campaña, de modo que cuidado con estas cosas.
Visión global y conclusiones
Reconozco que siento debilidad por la saga de Warhammer Quest. La temática de trasfondo de Age of Sigmar no es mi favortita, ni de lejos, pero aun así los juegos funcionan muy bien y creo que eso es en parte gracias al caos que lo impregna todo y la vorágine de personajes y facciones en que se ha convertido este universo.
El principal atractivo de Ciudad Maldita siguen siendo las magníficas miniaturas que trae, no nos vamos a engañar. Son excelentes, con unos diseños y un acabado excepcionales.
En cuanto a las posibilidades a futuro de ampliaciones de este juego, con nuevos enemigos, misiones y campañas, creo recordar que en el reglamento ya se mencionaba algo acerca de futuras publicaciones y expansiones. Está claro que esto pide más campañas, con nuevos archienemigos a los que enfrentarse y nuevas misiones con más momentos narrativos. Pero de momento, con lo que viene en la caja de Ciudad Maldita tenemos para rato.
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